En un pueblo aparentemente olvidado, un pueblo fantasma a la vista de la gente, se esconde la puerta a la ciudadela donde el sol no puede penetrar. Una ciudad oculta por una ilusión, y que solamente quien conoce su secreto es capaz de entrar. Oculta por una persona que ansiaba la soledad, tanto como para crear una ciudad perfecta, sin habitantes, que tuvo que llenar con su ser. Fabricando "muñecas" en las que metía parte de su alma podía vivir tranquilo, acompañado y solo al mismo tiempo, pues las "muñecas" no eran capaces de reemplazar a los humanos. Pocas personas habían entrado, ansiando su misma soledad, en la ciudad donde debían matar al antiguo ocupante para poder conseguirla. Así es cómo en una ciudad llena de "muñecas" solo habitaba un humano de cada vez.
Yo una vez estuve allí, y viví solo durante un tiempo, tras matar al ocupante. Pero al cabo de un tiempo me aburrí de las "muñecas" y empecé a echar de menos a la gente, que aunque no siempre me caía bien, siempre hacía que te rieses un poco y te divirtieras. Al final conseguí salir de esa ciudad solitaria, escondiéndome a la vista de las "muñecas", y comprendí que el estar solo es malo, y siempre hay que tener a alguien con quien reír y llorar. Un amigo que siempre esté a tu lado, y con el que puedas olvidar esa sensación de soledad, ya que el peor castigo que se le puede hacer a un Ser Humano es ignorarlo. Hacer que viva excluido de la sociedad es matarlo.
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