viernes, 13 de abril de 2012

Crónicas de una Victima 1

IIntroducción


Soy un chico de secundaria, aunque no muy normal. Todo lo que rodea mi vida es la muerte de las personas más  cercanas a mí: Mis padres, primero, después los padres adoptivos que fui teniendo, y las personas que conocía. Esto es una narración de todos los casos en los que me vi envuelto. En todos muere algún ser querido, pero con cada caso me vuelvo mas inteligente y aprendo de los errores de los asesino, aprovechándome de ellos para detenerlos. Hoy día ayudo al cuerpo de la policía de Newland y de Cousriver cuando sucede algún caso que no pueden resolver, y yo siempre me presto a cumplir con mi deber. Detener asesinos.




Caso 1: Desastre Natural o Asesinato


    Era una noche tormentosa de invierno, y en las afueras de la gran ciudad de Newland un rayo cayó estrepitosamente sobre mi casa, produciendo que ésta comenzase a arder. No sé si por suerte o por desgracia, en vez de estar en casa con mis padres, me encontraba jugando en un viejo edificio abandonado junto con unos amigos de clase. Lo que si sé es que mis padres murieron esa misma noche en la casa en la que vivía, aunque no encontraron los cadáveres. O eso es lo que me dijeron los bomberos que acudieron a apagar el incendio, historia la cual no me creí.

      A partir de ese día me fui a vivir al centro de Newland, en la casa de un amigo mío llamado Raf, en la cual su familia tenia un cuarto de invitados libres en el que me acomodé. Era un cuarto pequeño con una cama, un armario y una mesita de noche con cajones, lo justo para vivir el poco tiempo que estaría allí, ya que me dedicaría, tras el funeral en memoria de mis padres que se celebro a los días de su muerte, a investigar el caso del incendio.

      Tras dicho evento, a la mañana siguiente, telefoneé a Diana, una de mis compañeras de clase que habían estado conmigo en el edificio abandonado el día del suceso, para ir a investigar mi antigua casa, de la que ya solo quedaban restos humeantes y escombros, entre los que se podía entrever algunos restos de muebles y objetos cotidianos. Cuando llegamos a la casa, tras aparcar la bici que solía utilizar antes para viajar desde allí hasta el instituto, entramos en ella y nos encontramos con una vista sobrecogedora. Todo estaba quemado y la mayoría de objetos había quedado reducido a cenizas. Empezamos entonces a buscar cualquier prueba que pudiera decirnos lo que realmente había ocurrido. Ambos nos separamos y comenzamos a buscar. Primero por el cuarto de estar, luego por las habitaciones de mis padres, mas tarde por el baño, puesto que no se podía acceder al primer piso, donde se encontraba mi cuarto, porque la escalera se había quemado en el incendio. Finalmente, ya avanzado el día (nos habíamos ido de casa hacia las diez de la mañana), comenzamos a revisar la cocina. Pero cuando todo parecía indicar que realmente había sido un rayo el causante de todo eso, encontré lo que buscábamos. En el fregadero de la cocina se podía ver debajo de una fina capa de polvo y cenizas restos de cal y periódicos chamuscados, a parte del echo de que el grifo estaba ligeramente abierto y por las quemaduras en el techo de y suelo de madera ese parecía ser el foco del incendio.

      Fue entones cuando me acorde de una clase de física aplicada que habíamos dado en clase, en la cual el profesor había demostrado la ley de la conservación de la materia combinando cal y agua, tras lo cual surgía un compuesto altamente inflamable, con la misma masa que los reactivos, que podía explotar a la menor chipa. Tras contarle esto a Diana, nos pusimos a buscar cerca del fregadero algo con lo cual se podría haber prendido el liquido volátil, y eso fue lo que encontramos. A un par de metros del mismo encontramos un teléfono móvil desechable al cual le habían pelado la antena para producir chispas cuando vibraba al recibir una llamada telefónica. Al fin conseguí darme cuenta del truco utilizado por el asesino para cometer el incendio. ¡Porque había sido un asesinato!

      A parte de hacer que me hirviera la sangre, conseguí la motivación que necesitaba para volver a buscar entre los restos de la casa otro tipo de pruebas. Puesto que ya sabíamos que había sido un asesinato, solo nos faltaba encontrar algo que inculpara al culpable, para poder llevarlo a la policía y que lo arrestasen. Tras volver a rebuscar, vimos algo que nos llamo la atención. En la habitación de mis padres había un montón de CD´s destrozados, como si alguien los hubiera roto a posta. Pero debajo de la cama todavía había algo más. Conseguimos localizar un disket en cuya etiqueta algo quemada aun se podía leer “caso *sp**a*es”. Aunque no sabíamos que podía haber dentro, lo cogimos para el él al día siguiente, ya que casi era de noche, información que nos sirviese para acabar de resolver el caso. Después de ese gran hallazgo no encontramos nada más interesante, por lo que cada uno se fue a su casa, para aclarar los pensamientos. Ya en casa de Raf, tras cenar e irme a la cama, me puse a pensar en lo ocurrido. ¿Quién podría querer ver muertos a mis padres?, ¿Por qué razón? Mis padres eran una especie de investigadores privados, aunque no solían aceptar trabajos muy complicados, por lo que siempre estaban haciendo algún encargo menor relacionados con el espionaje de un supuesto amante o la búsqueda de un objeto perdido. Acabé durmiéndome sin energías tras dar vueltas a estas preguntas durante toda la noche.

      Me desperté por la vibración de un mensaje en el móvil, lo que me asustó en un principio al pensar en el caso, pero mientras me desperezaba me puse a leer el mismo: “ola soy Diana, nos vemos a las 10 en frente de tu casa pa ir a un ciber por lo del disket q encontramos”. Solamente eran las nueve, pero tenía el tiempo justo para prepararme y bajar con el disket en mano a esperar a Diana. Cuando llegó, ambos nos pusimos en marcha hacia un caber cercano que había a pocos minutos de distancia. Allí no tuvimos ningún para reproducir el disket, ya que aunque estaba algo quemado todavía funcionaba correctamente. Lo que encontramos en él nos sorprendió. El archivo que se encontraba dentro contenía información sobre un fraude a una aseguradora, el cual estaban investigando mis padres al morir. Además de dichos datos, también había imágenes de los acusados de fraude y un seguimiento de sus movimientos antes del día de la tormenta. Gracias al cual pudimos averiguar la dirección de ambos responsables. Ya conocíamos el móvil de los asesinos y el truco que habían utilizado, solo nos faltaba ir a visitarlos para que confesasen. Ellos habían matado a mis padres para encubrir el fraude, pero el disket que poseíamos echaría por tierra todos sus esfuerzos.

      Más tarde, tras revisar todos los datos restantes del disket, cogimos el bus para dirigirnos a la dirección del primer hombre de la lista. Vivía en un chalet en la zona rica de Newland, rodeado de un poco de prado y con una fuente. Bajamos del autobús y nos dirigimos a su casa, picamos al timbre, y se abrió la puerta. Apareció un hombre alto, de mediana edad y complexión fuerte, el cual tras vernos a nosotros dos nos preguntó que qué hacíamos allí. Entonces recordé su cara. El había sido uno de los bomberos que me habían dicho que el incendio había sido producido por un rayo. Le contamos todo lo que sabíamos, mientras la cara del “pobre” hombre se tornaba cada vez mas dura. Cuando acabamos el relato estaba furioso, y tras coger fuertemente a Diana por el brazo sacó un revolver del pantalón y apuntó a la nuca de la chica. No sabía que hacer. Había sido una estupidez ir allí sin más. Un error. Y este error podría costarle la vida a su amiga, la cual no paraba de llorar en brazos del hombre. Ya cuando estaba a punto de perder la esperanza vi la luz. De repente apareció un coche de la policía que estaba haciendo la ronda por en frente de la casa del asesino, y tras ver la escena frenaron rápidamente el coche y tras bajar apuntaron sus armas contra el peligroso sujeto. El hombre no para de decir que si no se iban iba a disparar a Diana. Al cabo de poco tiempo otros policías se habían unido a los anteriores, y en un tejado cercano se podía ver a un tirador de la misma. Por fin conseguí el valor que me faltaba. Sin pensármelo dos veces salté hacia el asesino, al mismo tiempo que éste empujaba a la chica y me apuntaba con el revolver. Lo ultimo que recuerdo es el sonido de dos disparos, y la ahogada voz de Diana gritándome.

      Cuando por fin me desperté, me encontraba en un hospital tendido en una cama. Intenté incorporarme. Todo había terminado. Tras enterarse de mi recuperación, Diana vino corriendo a visitarme, y me lo contó todo. Tras saltar sobre el asesino, este me disparó en el vientre al tiempo que el tirador de la policía le disparaba a él. A mi me llevaron al hospital junto con el asesino de mis padres y me operaron. Después de que el asesino se curase, le habían interrogado durante varios días y habían conseguido arrestar al resto de implicados en el caso. También habían encontrado los restos de mis padres, con un agujero en el pecho, en el garaje de la casa de aquel hombre.

      Cuando todo se hubo arreglado. Me condecoraron con una medalla a la valía, ya que a parte de resolver el caso había arriesgado mi vida por la de Diana, y me fui a vivir a otra ciudad con unos padres adoptivos.

      Y ahí es donde estoy ahora, esperando una nueva y emocionante aventura.

  
1º Caso: CERRADO

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